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DOI: https://doi.org/10.18002/dalcyl/v0i30

ENRIQUE FLÓREZ DE SETIÉN

Nombre u obra homónima: Enrique Fernando Fórez de Setién Huidobro y Velasco

Lugar de nacimiento: Villadiego (Burgos)

Otros nombres: Enrique Flórez

Geografia vital: Villadiego (Burgos), Zahara de los Algodonales (Cádiz), Alcalá de Henares (Madrid), Barco de Ávila, Salamanca, Barcelona, Zaragoza, Bayona (Francia)

Año de nacimiento: 1702

Año de fallecimiento: 1773

Lengua de escritura: español - latín -

Género literario: a:5:{i:0;s:19:"Crítica histórica";i:1;s:8:"Crónica";i:2;s:20:"Literatura religiosa";i:3;s:20:"Oratoria y discursos";i:4;s:13:"Poesía moral";}

Movimiento literario: a:1:{i:0;s:13:"Neoclasicismo";}

Relaciones literarias y personales: Manuel Risco, Pedro Sáinz de Baranda, Gregorio Mayans y Siscar, Andrés Marcos Burriel, Blas Nasarre, Martín Sarmiento, Benito Jerónimo Feijoo, Félix María Samaniego, Francisco Pérez Bayer, Juan Francisco Masdeu, Juan de Chindurza, José Hipólito de Ozaeta y Gallaistegui, Pedro de San Martín y Uribe, Diego Antonio Cerradas y Castro, Andrés Carlos de Prado y Cienfuegos

Temática: a:1:{i:0;s:10:"Histórica";}

Investigadores responsables: Sánchez Manzano, María Asunción -

Por María Asunción Sánchez Manzano

Biografía

Retrato del P. Enrique Flórez que grabó Manuel Salvador Carmona

Retrato del P. Enrique Flórez que grabó Manuel Salvador Carmona 1773 que se tomó en la segunda edición de la obra biográfica del P. Méndez de 1860 realizada por la Real Academia de la Historia, en el ejemplar de la UCM cuya explicación se encuentra en p. VII (digitalizado por Google)

Nació en Villadiego (Burgos), hijo de Pedro José Flórez de Setién Calderón de la Barca y de Josefa Huidobro y Velasco Puelles. Su padre era corregidor, y ejerció (1706-1709) en Zahara de los Algodonales (Cádiz), Alcalá de Henares (Madrid) y Barco de Ávila, localidades en las que se desarrolló su primera instrucción en Gramática. Cerca de esta última villa abulense, en Piedrahita, los dominicos le prepararon en Lógica. Decidió viajar a Salamanca, buscando entrar en religión, por sus lecturas de la Vida de S. Francisco de Paula (J.M.G., 146); pero como no fue inmediatamente admitido, recurrió al consejo de su pariente fr. José Cosío, agustino. Ingresó como novicio el 5 de enero de 1718 para profesar desde el 6 de enero de 1719 en el convento de San Agustín y comenzar su aprendizaje de la Filosofía y Artes residiendo en el colegio de los agustinos de Valladolid.

Cuando terminó su formación en 1725 en Salamanca, donde estudió teología, ya había participado en la polémica que se originó por la enseñanza del cardenal Noris, secundando la defensa que de este eclesiástico realizaba el padre Pedro Manso. Ese mismo año se presentó a las oposiciones a Lector en Artes en el colegio de Doña María de Aragón, en Madrid, y obtuvo el primer puesto. De esta manera capacitado, se ordenó sacerdote el 25 de julio de 1725, y, en vez de impartir clases en el colegio de Madrigal de las Altas Torres (Ávila), se empleó en conseguir los títulos de bachiller y doctor en la Universidad de Santo Tomás de la capital abulense. El superior provincial, Francisco Avilés, le profuso traslado al colegio de Alcalá. Además, en la Universidad alcalaína obtuvo el título de doctor el 6 de febrero de 1729, después de aprobar los cuatro ejercicios requeridos. El encargo de completar la obra filosófica que había dejado inacabada el padre Andrés Sierra, catedrático de Salamanca, que le fue encomendado por el provincial, se cumplió con la publicación del cuarto volumen de la obra. Su biógrafo Méndez (1780, 92) indicaba “lo compuso en el verano de 1726 en que, acabado el curso en Alcalá, se vino a Madrid, como lo hizo después casi todos los años que vivió en aquella Ciudad”.

Cuatro años después recibió un segundo encargo del padre Avilés. En esta ocasión se trataba de un manual de Teología para los estudiantes del colegio de Alcalá. En 1736 alcanzó el grado de maestro, pero no logró una cátedra después de intentarlo en siete ocasiones. Entre 1730 y 1738 aparecieron cinco volúmenes del citado manual. Fue elegido revisor y visitador de librerías por la Inquisición en 1740, y durante veinticinco años pasaba los veranos en el convento madrileño de San Felipe el Real, donde había iniciado su sacerdocio.

La iniciativa de estudiar la historia de la Iglesia española surgió en 1742. Un año después renunció al cargo de rector del colegio de Alcalá, aprendió griego, portugués italiano y francés, gracias a la ayuda del agustino mallorquín Francisco Rimbau, y en 1750 había publicado ya cinco volúmenes de su España Sagrada. A la vista de tales progresos, el rey Fernando VI le concedió el 17 de noviembre de ese año una pensión de seiscientos ducados para la continuación de la obra. Por su parte, la Orden de San Agustín le había asignado como asistente al padre Francisco Méndez, que sería su biógrafo, desde el 2 de noviembre de 1749. Un año más tarde, el papa Benedicto XIV le concedió las exenciones de provincial absoluto.

Después, con ocasión de una segunda cátedra de Santo Tomás, el padre Rávago presentó los méritos de Flórez a la consideración del Consejo de Castilla para que le concedieran una cátedra en marzo de 1751. Se vio forzado a renunciar a ella, una vez conseguida, el 2 de abril de 1758, para dedicar más tiempo a su proyecto histórico. Como complemento, se establecería el Real Gabinete de Ciencias Naturales, con las colecciones de numismática y de ejemplares de interés científico que él había recogido. Incluso donó algunas piezas al presidente de la Academie des Inscriptions et Belles-Lettres de París, al nuncio, y al Gabinete de Historia Natural de Barcelona. Su prestigio fue refrendado por el nombramiento (1761) para esa Academie de París, por recomendación del conde de Caylus (J.M.G, 156). Ya era miembro de la Academia del Buen Gusto de Zaragoza desde 1758.

Méndez, Méndez, Francisco

Méndez, Méndez, Francisco, Noticias sobre la vida, escritos y viajes del Rmo. P. Mtro. Fr. Enrique Flórez, Madrid, imprenta de D. Pedro Marín, 1780, p. que había aparecido en la obra Clave historial. La encontramos en el ejemplar de la quinta edición de 1765 que conserva la BNE.

En 1762 realizó un viaje por las regiones de Valencia, Cataluña y Aragón. Recibió una valiosa copia de las Cartas de San Braulio de Zaragoza. En otro viaje que emprendió para documentar sus investigaciones históricas se dirigió a Bayona de Francia, pasando por Osma, Soria y Navarra, que se completó a la vuelta con la visita a Calahorra, Logroño, Burgos, Carrión y Valladolid en 1766. A su paso por distintos conventos, que visitó para documentar su obra histórica, dejó alguna memoria en objetos que regaló como agradecimiento. Así se recuerda que cedió al Monasterio de las Huelgas de Burgos una Virgen con el Niño que había encargado para su celda, el 24 de junio de 1769, en agradecimiento por la ayuda recibida de las monjas en su viaje de documentación, y se colocó en el altar-relicario de San Juan Bautista. Dos años después, realizó un viaje por Andalucía. Restauró unas vidrieras de la Virgen de las Angustias de Granada. Adquirió para la capilla de San Pedro de Alcántara una lámpara de cristal y otros ornamentos.

Por su experiencia como eclesiástico, en mayo de 1754 la Orden de San Agustín le había nombrado definidor, sin tan siquiera presentarse en el capítulo. En los últimos años de su vida, recibió del papa Clemente XIII –a petición del padre general Francisco Javier Vázquez- las exenciones de exasistente general de las provincias de España.

En 1764 realizó un informe sobre los hallazgos de la Alcazaba de Granada en el que se remitía a las valoraciones que se habían hecho con ocasión de los documentos y plomos del Sacromonte a finales del s. XVI.

Enfermó, probablemente de neumonía, el 1 de mayo de 1773 y murió cuatro días después.

 

Producción literaria

Las publicaciones del P. Flórez a lo largo de treinta años (1742-1772) reflejan la variedad de sus intereses (Campos, 1996). La supervivencia de algunos de sus escritos se debe a su importante contribución al rastreo de noticias que afianzaron la búsqueda de un método para el estudio de la historia antigua y medieval de España (Campos y Fernández de Sevilla, 2000). Las reimpresiones facsimilares dan muestra del enorme acopio de datos. Por eso, fueron más conocidas sus obras:

  • Clave geográfica para aprender geografía los que no tienen maestro, Madrid, Joachin de Ibarra, 1769.
  • Clave historial con que se abre la puerta a la historia eclesiástica y política, chronología de los papas, y emperadores, reyes de España, Italia, y Francia, con los orígenes de todas las monarquías, Madrid, Viuda de Ibarra, 1743
  • Elogios del Santo Rey D. Fernando, puestos en el sepulcro de Sevilla en hebreo y arábigo, Madrid, 1754.
  • La Cantabria: disertación sobre el sitio, y extensión que tuvo en tiempo de los romanos: la región de los cántabros con noticia de las regiones confinantes, y de varias poblaciones antiguas: discurso preliminar al tomo XXIV de la España sagrada sobre la provincia tarraconense, Madrid, Antonio Marín, 1768.
  • Memorias de las reynas cathólicas, historia genealógica de las Casa Real de Castilla y León, Madrid, 1761, 2 vols.

Su obra monumental España Sagrada. Theatro geográphico- histórico de la Iglesia de España, comenzó a publicarse desde 1747. Dos volúmenes de esta obra aparecieron después de su muerte, preparados por su colaborador de los últimos años Manuel Risco (cf. DALCyL), al ordenar el material que había coleccionado Flórez para su publicación. Un ejemplo de la recuperación de textos antiguos por esta labor es el documento de los comentarios de Beato de Liébana al Apocalipsis: Sancti Beati, presbyteri Hispani Liebanensis, in Apocalypsin, ac plurimas utriusque Foederis paginas commentaria, ex veteribus, nonnullisque desideratis Patribus, mille retro annis collecta, nunc primum edita, (Madrid, Joachimus Ibarra, 1770).

Desde el siglo XVII tenían gran prestigio entre los eruditos los estudios de inscripciones, numismática y medallas, que también cultivó con general aprobación hasta el punto de haber diseñado una medalla conmemorativa de la entronización de Carlos de Borbón como Carlos III de España. Su obra se titulaba:

  • Medallas de las colonias, municipios, y pueblos antiguos de España, Madrid, Antonio Sancha, parte primera 1757 y parte segunda 1758 (Madrid, Antonio Marín), parte tercera, 1773 (Madrid, Antonio Sancha). Según Méndez (1780, 108), esta era la obra que por sí sola bastaba para “hacer famoso el nombre del Maestro Flórez”.

Una parte de su producción tenía ese valor de estimular los estudios históricos, pero no podemos olvidar tampoco la investigación de la naturaleza, que estaba avalada por los avances de su tiempo en la descripción de especies vegetales y minerales (Barreiro Martínez, 1934, 263-270). Méndez recogía un discurso (1780, 115-121) de “Utilidad de la Historia Natural”.

La base de su actividad científica se asentaba sobre sus conocimientos filosóficos con un cultivo de la escolástica que no limitó, como tampoco a Feijoo, la aplicación del método experimental para el conocimiento de las realidades naturales de su entorno.

En esta faceta de su producción destacaban:

  • El cuarto volumen con el título Totius doctrinae de generatione et corruptione, de coelo et mundo et de anima, compendiosa tractatio, que se añadió a la obra escolástica del catedrático de Salamanca Andrés Sierra. Méndez (1780, 92) señalaba “se supone estar impreso en León (Lugduni) año de 1688, pero la verdad es que los tres primeros se reimprimieron en el año de 1727 poco más o menos y el quarto se imprimió ahora por primera vez (y hasta hoy única, siendo su verdadero autor el Maestro Flórez”.
  • Theologia scholastica juxta principia scholae Augustinano-Thomisticae pro commodiori studentium usu praecipuis, Matriti, ex Typographia Antonii Marin, 1732-1738, 5 vols.

Como religioso, cultivó también aquellos géneros que mejor podían corresponder a su experiencia cristiana, como el Modo práctico de tener oración mental, Madrid, 1754 y 1760. Según Méndez (1780, 107) este opúsculo se añadió al Libro de los Suspiros de San Agustín, compuesto por otro religioso para completar la traducción de Vindicias; pero la impresión de 1754 tenía muchas erratas y la imprenta de Joaquín Ibarra se encargó de cuidar la segunda.

En efecto, acordes con ese afán fueron dos traducciones. Una traducción del portugués de la obra de Francisco de la Anunciación Vindicias de virtud y escarmiento de virtuosos, Madrid, 1742 se publicó bajo el pseudónimo de Fernando Setién Calderón de la Barca, tal vez por haber desempeñado desde 1740 la tarea de visitador de la Inquisición. Otra traducción favorecía el intercambio de experiencias monásticas entre España y Portugal y estaba destinado a la lectura femenina: Obras varias y admirables de la Madre María do Ceo, religiosa francisca y abadesa del Convento de la Esperanza de Lisboa, Madrid, 1744, 2 vols.

Sin embargo, aceptó realizar una traducción de una obra francesa que justificaba la expulsión de los jesuitas de España (1767). Se imprimió en Madrid, en la imprenta de Antonio Marín en 1768 con el pseudónimo de su segundo nombre y su segundo apellido (Fernando Huidobro y Velasco) con el título: Delación de la doctrina de los intitulados jesuitas sobre el dogma y la moral hecho a los ilustrísimos arzobispos y obispos de la Francia (digitalizada en Google).

 

Tradición textual

Además de los dos últimos volúmenes de la España Sagrada, algunos opúsculos no llegaron a difundirse impresos en vida del autor, y según Méndez (1780, 122) se recogieron en un tomo en 12 como miscelánea. En este apartado del último capítulo de la biografía de Flórez (1780, 121-122 n. 1) ofrecía el dato de la publicación de algunas poesías latinas y castellanas del polígrafo religioso agustino en las páginas 57-61 de la colección de Jóvenes Jesuitas (Madrid, 1727). Esta publicación daba testimonio de los festejos por la canonización de San Luis Gonzaga y San Estanislao de Koska, aunque Méndez (1780, 122 n.) reconocía que en esas páginas “casi todas son del Maestro Flórez, pues se hallan entre las de su Miscelánea, escritas de su puño”.

Imagen recogida en la Clave de la España Sagrada de Pedro Sáinz de Baranda

Imagen recogida en la Clave de la España Sagrada de Pedro Sáinz de Baranda, tomada del ejemplar de la Biblioteca UCM

De acuerdo con ese testimonio, algunos textos quedaron manuscritos porque se refieren a críticas y rivalidades que marcaron su presencia en el mundo de las letras. Así el ‘Tratado de la Santa Iglesia de Lugo’, que habría correspondido al volumen XXI de la España Sagrada, pero no se integró probablemente por los problemas que surgieron en 1761. Una disensión debida a una consulta de códices conservados en el Monasterio de El Escorial se relacionaba con el manuscrito que Méndez titulaba ‘Dictamen pedido y dado al Ilustrísimo y Reverendísimo Señor el P. Francisco de Rávago sobre si convendría imprimir los Códices Góticos Conciliares’. Por otra parte, la actitud de Flórez o de su orden respecto a los jesuitas se reflejaba en otro manuscrito titulado por Méndez ‘Delación hecha al Santo Tribunal de la Inquisición sobre los días Angélicos de N.P.S. Agustín contra los PP. Luis de Molina, Cornelio a Lapide y el P. Arriaga’. También figura en la lista de manuscritos un ‘Dictamen dado al Real y Supremo Consejo de Castilla sobre el methodo de censurar libros’.

La intención de ampliar sus investigaciones sobre historia eclesiástica se observa en los pliegos que parecen contener un comienzo de tratados sobre las iglesias de Lérida y Zaragoza.

En cambio, los indicios de otras publicaciones proyectadas para dar a conocer antigüedades hispánicas sugieren la interpretación de los temas que le interesaban. Así Méndez indicaba:

  • ‘Intentos y Prevenciones sobre la Reducción del Alphabeto de las Letras desconocido, que se usó entre los españoles antiguos antes del dominio de los Romanos’
  • ‘Geographi Veteres, Graeci et Latini, qui res Hispaniae memoriae tradidere v. I’
  • Genealogía de los Césares.

En la misma biografía de Flórez aparece el discurso sobre la utilidad de la historia natural y el biógrafo no se olvidó de añadir a la relación de manuscritos un ‘Libro de los libros, ciencia de los Santos’.

 

Recepción socio-literaria

El religioso agustino se mantuvo relacionado con varios eruditos muy destacados de la Ilustración española, como Manuel Martínez Pingarrón, Gregorio Mayans y Siscar, Marcos, Burriel, Blas Nasarre, el P. Sarmiento, Feijoo, Samaniego, Pérez Bayer y sobre todo, Juan de Iriarte, que le animó a ampliar su proyecto inicial sobre la geografía eclesiástica a la ingente obra que se conoció en su España Sagrada. Salas Álvarez(2009, 57) recordaba que Mayans había propuesto al Secretario de Estado José Patiño una obra de contenido semejante. Agustín de Montiano y Luyando fue más allá y elaboró un proyecto [RAH mss. 11/8035 (3)] pero la aparición del primer volumen de la España Sagrada en 1747 sorprendió a todos.

Méndez (1780, 90) admitía que en esa obra había errores, que Flórez “dejó hechas algunas advertencias y retractaciones” e indicaba cuatro: sobre el antiguo Aeci (Guadix), sobre San Laureano, sobre Eugenio de Toledo y sobre la cronología de San Froilán. Recordaba también que habían quedado ciertas incongruencias que justificaba porque años después de la publicación de algún dato advertía que era erróneo y lo corregía en la siguiente ocasión que se le presentaba. (

El profesor Antonio Mestre Sanchís (1970, 90-142) investigó la relación intelectual entre Gregorio Mayans y Enrique Flórez a través de la correspondencia entre ellos. Mayans había ofrecido su amistad al agustino, que le envió la Clave Historial, las Vindicias de la virtud y las obras de la madre Ceo, pero sintió cierta ingratitud de su parte. A pesar de las discrepancias, como la que tuvieron sobre las fechas de la Era Hispánica, Marcos Burriel defendió siempre a Flórez ante Mayans (Mestre, 1970, 126).

A su vez Flórez se vio contrariado por la publicación del Ensayo de monedas desconocidas de su amigo hasta entonces Luis José Velázquez en 1752 (Mestre, 1970, 122). Son dos muestras de la difícil generosidad intelectual y de la suspicacia entre los ilustrados.

Todavía resulta asombrosa la atención que merecen las compilaciones de Enrique Flórez. La cuarta, sexta, décima, undécima y duodécima edición Clave historial han sido digitalizadas en BDH. Igualmente, la Biblioteca Nacional ha procurado digitalizar la obra de Medallas (tres volúmenes) y la Biblioteca Valenciana ofrece ese formato (1757). Incluso la voluminosa Teología resulta accesible desde la BNE (1732-1738). Así también el libro de los Elogios de San Fernando (1754) las Memorias de las reinas católicas (1761), que tuvo una con una segunda edición 1770 y una tercera (Viuda de Marín) en 1790. Se reimprimió en el s. XX de manera independiente el viaje de Ambrosio de Morales, editado por Flórez (Madrid, Antonio Marín, 1765).

La Clave geographica, se editó separada, pero también, en el primer volumen de la España Sagrada. Destacan las ediciones de 1771 (Madrid, Imprenta de Ibarra) y 1779 . Se publicó una edición facsímil en A Coruña, Órbigo, 2009 sobre la de 1771. La obra se había reimprimido en Barcelona, 1793,1798. En el siglo XIX destacan las ediciones de Madrid, Viuda de Ibarra, 1802 y la de D. Josef del Collado, 1817.

 

Recepción crítica

La manera de exponer, sencilla y clara, por la que se distinguía también la formación oratoria de Flórez, facilitó la aceptación de sus trabajos. Sin embargo, recibió algunas críticas. Da testimonio de ello el escrito titulado Respuesta a la carta [BNE sign. 2/49446 (1)] de Juan de Chindurza, con reparos acerca del tomo séptimo, publicada bajo el pseudónimo de “D. Joachin de Azur” (Imprenta de Antonio Marín, 1752) que tuvo una segunda edición en 1766.

Diego Antonio Cerradas y Castro mostró su desacuerdo con la publicación de Flórez sobre la patria de Prisciliano. En julio de 1754 Andrés Carlos de Prado y Cienfuegos defendió a Enrique Flórez de la acusación de Rafael de Llano, de haberse servido de la obra del abad de Vallemont para su Clave Historial(Méndez 1780, 98-99; Campos y Fernández de Sevilla, 2000: XLIV-XLVII). El portugués fray José de la Trinidad y Doctor por Coimbra se quejó de la exposición del v. XV sobre la primacía de la sede de Braga. Entre los años 1761-1763 Flórez soportó la crítica enconada del Deán y del Cabildo de Lugo sobre las noticias que había dado sobre los monumentos antiguos de aquella sede.

También sus elogios de San Fernando tuvieron las observaciones críticas de Pedro de San Martín y Uribe, como consta por la Crisis chronológica sobre los elogios de San Fernando, Rey de Castilla, contenidos en las quatro inscripciones de su sepulchro, explicadas por el Rmo. M. Fr. Henrique Flórez, Córdoba, 1765. Seguida de la obra de Elogios, Flórez publicó unas Tablas de las Hégiras o Años de los Árabes que suscitaron controversia. Méndez explicaba (1789, 106) que el jesuita Juan Francisco Portillo, con ayuda del licenciado Francisco Romero de la Caballería le enviaron una crítica en la forma de un ejemplar impreso, pero sin portada, en las que defendían la cronología del Padre Juan de Mariana sobre esos cómputos. La publicación crítica (ya digitalizada por Google) se titulaba Phanal Chronologico indispensable para la más fácil y perfecta inteligencia de las historias e instrumentos antiguos de España(Madrid, Viuda de Manuel Fernández, 1752). El padre Méndez (1780, 122) mencionaba entre los manuscritos de Flórez una refutación contra el Phanal. Además, se conserva de F. Martínez Marina un Informe sobre la Memoria compuesta por D. Juan José Heideck acerca de los epitafios del sepulcro de San Fernando y del día de su muerte, Real Academia de la Historia, leg. 9/5979, fols. 213-236, c. 1815.

Otro de los críticos en desacuerdo con el tratamiento histórico que había dado Flórez a una materia cuyos detalles se pierden en la leyenda, como era la Historia Compostelana y el Cid, fue el jesuita Juan Francisco Masdeu, según se puede leer (por mediación de José de Canal) a partir de la “Memoria o sea examen de fe histórica que se merece de la Historia compostelana; o sea refutación de la Reprobación crítica que hizo el P. Masdeu de dicha Historia”, Real Academia de la Historia, leg. 11/8134(2). Se trata de un episodio de la rivalidad de los jesuitas. Recordemos que Flórez realizó una traducción de la obra francesa Delación de la doctrina.

El colaborador del Padre Flórez, que firmaba Manuel Risco, tuvo que hacer frente a alguna de las críticas a las que el autor no pudo responder (cf. DALCyL). Sánchez Salor (2000, 25-27; 30-41) comentó la polémica sobre la Cantabria. El debate que sostuvo Risco (1779-1780) se fundaba en la pretensión de José Hipólito de Ozaeta y Gallaistegui (influido por el jesuita Manuel Larramendi) de contradecir a Gerónimo Zurita y a Flórez sobre la inclusión de Vizcaya en la antigua Cantabria (1779).

Pero también dentro de la orden de San Agustín hubo una cierta custodia de la España Sagrada, como lo demuestran las reediciones de la Clave historial, después de ciertas actualizaciones y correcciones de fray José de la Canal. En las seis primeras páginas de ‘advertencias’ se advierte la actitud crítica hacia la obra poco después de la muerte del autor.

Pedro Sáinz de Baranda (1853) compuso una Clave de la España Sagrada (Madrid, Imprenta de la Viuda de Calero) que se sumaría a la colección CODOIN. Se añadía al título el encarecimiento de la utilidad para propiciar su consulta: “cuyo objeto es dar a conocer esta importante obra y facilitar su uso”. La acumulación de los documentos coleccionados por Flórez era tan evidente que Pedro Sáinz lo calificaba de (1853, 9) “caos verdadero”.

Salas Álvarez (2009) ha realizado un examen de los datos aportados en la España Sagrada que puede servir de testimonio de la perspectiva actual sobre aquellas investigaciones y viajes del s. XVIII.

De la Clave historial se realizó una edición facsímil en A Coruña, por la editorial Órbigo en 2009 sobre la edición décimocuarta de Viuda de Ibarra, 1794.

Entre los años 2000 y 2012 se volvió a publicar (con estudio de Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla y edición a cargo de Rafael Lazcano) en cincuenta y siete tomos la principal obra histórica de Enrique Flórez. El estudio introductorio de Campos actualizaba la información y la bibliografía existente, después de una investigación sobre documentos manuscritos y cartas. Todavía en 2005 la editorial coruñesa Órbigo editó en formato digital los volúmenes 1-51 a excepción de 11-12, 16, 22, 35 y 47. En 1989 se realizó un cambio al soporte de michoficha (ed. Pentalfa). En esa misma fecha apareció una reproducción del v. 16 de la editora Alvarellos de Lugo (Madrid, Imprenta de Gabriel Ramírez, 1762).

Por otro lado, encontramos algunas reproducciones parciales de la obra de Flórez. Jordi Rovira i Soriano y Andreu Dasca i Roigé cuidaron la publicación correspondiente al volumen 24 (Madrid, Antonio Marín, 1769) con el título de Antigüedades tarraconenses: el volum d’arqueologia i història antiga de Tarragona de la «España Sagrada» d’Enrique Flórez. En 1983 se reimprimieron los volúmenes 26 y 27 en dos tomos (Burgos, Aldecoa).

De manera semejante, Rosario Camacho Martínez escribió una contextualización del tratado 39 para destacar la descripción de Málaga. Se reprodujo (editorial Miramar, 1998) según la edición de Antonio Marín de 1754 bajo el título Visión de Málaga en la obra del Padre Flórez.

Menos interés que la España Sagrada han despertado las Memorias de las reinas. Esta obra fue recuperada en el siglo pasado por la editorial Aguilar (1945, 1959 y 1964). Con el título de Reinas católicasapareció en la editorial Atlas en 1943 una versión de la obra de Flórez. Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla contextualizó para una reproducción publicada por la Consejería de la Junta de Castilla y León el contenido de los dos volúmenes de las Memorias de las reinas de Castilla (Valladolid, 2002).

En otro caso, se reimprimió el itinerario de Ambrosio de Morales que había editado Flórez, con prólogo de José María Ortiz Juárez y el título de Viaje a los reinos de León y Galicia y al Principado de Asturias (Oviedo, Biblioteca Popular Asturiana, 1977). Se había reimpreso en la misma ciudad por la imprenta de Brid y Regadera de Oviedo cien años antes junto con el Teatro eclesiástico de Gil González Dávila. Gonzalo Santonja Gómez-Agero, retomó el proyecto con la colaboración de Beatriz Díez Calleja y publicó unas páginas del itinerario con el título de Viaje por orden del rey Felipe II a los reinos de Castilla, León, Galicia y Principado de Asturias (Valladolid, Consejería de Cultura y Turismo, 2004).

Rafael Lazcano se curó de dar a estampa (Guadarrama [Madrid], ed. Revista Agustiniana, 2004) la publicación antigua titulada Vidas y escritos nunca publicados hasta hoy de algunos varones ilustres cordobeses, que florecieron en el siglo nono correspondiente al volumen undécimo, a propósito de la biografía de Paulo Álvaro y Sansón de Córdoba.

Sobre la Cantabria se han realizado varias publicaciones. Se retomó esta obra en edición facsímil, comenzando por la comentada por Ramón Teja y José María Iglesias-Gil en 1981 (Santander, editorial Estudio), en 2008 (Mairena del Aljarafe, Extramuros) y en 2011 (Valladolid, Maxtor). La Real Academia de la Historia publicó esta disertación en 1877 (Madrid, José Rodríguez).

Los tres volúmenes de las Medallas fueron reproducidos en Valencia, (París-Valencia) 1995 y Valladolid, (Maxtor) 2009. Apareció también una separata de la obra de las Medallas en 1995 (Valencia, Librerías París-Valencia) titulada Medallas romanas de Ilici, Saetabi, Saguntum y Valentia, que reproducía las páginas 456-616 del original. Esta misma editorial había reimpreso en aquella fecha los tres volúmenes de la obra, que corresponden a la edición de 1757-58. En 1988 se realizó un paso a michoficha del primer volumen (Barcelona, ETB).

 

Bibliografía citada

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Enlaces web

Biblioteca Digital de Castilla y León
Biblioteca Valenciana Digital
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Biografía de la Real Academia de la Historia (Campos y Fernández de Sevilla, Francisco Javier)

 


 

Responsable: Sánchez Manzano, María Asunción.
Javier San José Lera es catedrático de la Universidad de León.

Revisión: Grupo de investigación LETRA.

Cómo citar y DOI del artículo: 
Sánchez Manzano, María Asunción. “Enrique Flórez de Setién Huidobro y Velasco”, Diccionario de autores literarios de Castilla y León (base de datos en línea), dir. Ed. María Luzdivina Cuesta Torre, coord. Grupo de investigación LETRA, León, Universidad de León, septiembre 2020.. [En línea] < https://letra.unileon.es/ > [fecha de consulta]. DOI:  https://doi.org/10.18002/dalcyl/v0i30

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